domingo, 27 de septiembre de 2009

Cuando vestíamos de verde

Llego cansado a casa, tras un duro día de trabajo, la cosa se complicó a media mañana, cuando recibí un mail bomba de esos que tiran por tierra el trabajo de una semana. Ahora mismo, mi única ilusión está en abrir una cerveza y tirarme en el sofá viendo cualquier cosa que escupa la tele, tras cinco minutos voy cerrando poco a poco los ojos y me empiezan a venir a la cabeza…Bosques, montañas, risas, lloros, juegos, marchas, noches sin dormir, fines de semana programando, planeando, tomando cañas, de acampadas eternas que duraban noche y día.

Empiezan a pasar por mi cabeza tiempos en los que un grupo de jóvenes idealistas e inconformistas queríamos cambiar el mundo educando, formando espíritus libres, ciudadanos dispuestos a moverse por lo que creían justo, no podía ser menos, formaban parte de un movimiento, el movimiento scout de Segovia con sus tres virtudes LEALTAD, ABNEGACIÓN Y PUREZA.

Fueron años intensos en los que no escatimábamos tiempo ni esfuerzo para dedicarlo a nuestra pasión, a nuestra ilusión, el escultismo.

Tiempos en los que disfruté de un Kraal fascinante, con nuestras virtudes y nuestros defectos éramos un grupo singular, genial, apasionante, algunos pasaron sin pena ni gloria sin saber disfrutar de esas compañías, pero otros muchos vivimos experiencias inolvidables, claro que sí. Y hoy sigo dando gracias a los scouts que me hicieron conocer a personas increíbles que no hubiese conocido nunca de no haber estado allí.

Yo viví el escultismo desde pequeño, pero aprendí a disfrutarlo al máximo en el kraal. Igualmente hubo hermanos scouts que se acercaron al movimiento con la veintena cumplida, entraron directamente en el Kraal y supieron ver la trascendencia del escultismo, sacrificaron fiestas, viajes, vacaciones, horas y horas programando… para impulsar con más fuerza si cabe el barco del escultismo, para vosotros mi más sincera admiración, cariño y respeto.

Ahora que miro hacia atrás, como vieja gloria que ya soy, recuerdo con una nostálgica sonrisa como disfruté con esos hermanos scouts, viendo crecer a tantos chavales que pasaron por nuestras seisenas, patrullas, nudos, clanes, participando en la progresión de lobatos y scouts que poco a poco se bebían entero el vaso del escultismo y pedían más y más…Esos chavales ahora son los que educan y transmiten esta forma de vida a decenas de muchachos en nuestra ciudad, a todos ellos les deseo que disfruten y vivan el escultismo por lo menos, tanto como yo lo viví.

El viernes pasado me llegó una carta con el membrete de La Ruta…¡¡¡Cumplimos 10 años de sonrisas!!! y las que nos quedan. ..

Galende 96